sábado, junio 03, 2006

NUMBER FAIB

Punto, set y juego. Así de simple, Match Point las tiene todas. Este no es el regreso del Woody Allen que todos conocíamos, sino que el nacimiento de uno totalmente renovado y, en muchos aspectos, mejorado.
"I'd rather be lucky than good", "Preferiría tener suerte que ser bueno." nos dice Chris Wilton, el protagonista, al comienzo de la película, oración que resume muy bien el resto de la historia. Es la suerte la que quiebra el servicio en la película, todo gira en torno a ella, es la protagonista sin duda alguna.
Chris conoce, por suerte, a Tom Hewett, el hijo de un empresario millonario. Por suerte, lo invita la ópera, donde conoce a su hermana, quien luego será su esposa. La suerte lleva a Chris a conocer a Nola, la novia de Tom.
Chris se obsesiona totalmente con Nola, es un deseo totalmente carnal y apasionado que ni la ingenua Chloe (su esposa), desesperada por quedar embarazada, puede contrarrestar.
El affaire que Chris mantiene con Nola es descontrolado e irreal, tanto que llega un punto en que se le hace insostenible e incompatible con su vida paralela.
Wilton es un personaje totalmente inmoral (como lo muchos de los otros personajes) pero, aún así, es fácil solidarizar con su causa y sentirse involucrado en los problemas que se le presentan. Sus decisiones son inhumanas y, de nuevo, uno se pregunta qué haría uno en su lugar.
La película no se trata de una batalla entre lo bueno y lo malo, sino en como muchos males se relacionan entre sí.
El final es exquisitamente inesperado y, si disfrutan tanto de las analogías y metáforas en el cine como yo, se encontrarán sonriendo en varias ocasiones durante la película.

I salute you, Mr. Allen, and welcome.