Más que reinventar o revivir a
James Bond, lo que hace
Martin Campbell en
Casino Royale (la entrega número 21 de la saga) es reestablecer a Bond como el espía por excelencia.
Daniel Craig puede que no sea ni moreno, ni alto, ni muy sofisticado pero, en mi opinión,
es el mejor Bond desde Roger Moore. Aunque en un principio esta película no llamó mi atención, porque me imaginaba que sería más de lo mismo, en cuanto comencé a leer las críticas en los sitios de cine que visito regularmente, se me encendió la chispa de la curiosidad. Es así como hoy, día de estreno en Chile, fui a verla con un amigo con mucha fe y esperanza de que no me decepcionaría.
No lo hizo. Es más, emociona, entretiene y encanta. Incluso las escenas del juego de Póquer (que no entiendo para nada) tienen al público aferrándose al asiento sin poder despegar los ojos de la pantalla. Aunque en realidad, para mi, el no poder despegar los ojos de la pantalla tiene que ver más que nada con Daniel Craig, cosa que no podía comentar en el momento a mi amigo por razones obvias. Este hombre le ha dado a James Bond un carácter al que poco estamos acostumbrados pero que, increíblemente, agrada. Logró captar la esencia de un espía joven y amateur, recién ascendido a el estatus "00". Un espía menos sofisticado que el James Bond veterano, sin un trago favorito aún definido (ordena un té helado en un casino) y, para decepción de algunos, sin mucha variedad de gadgets sofisticados. Daniel Craig se pude quedar con el rol de Bond hasta cuando él desee, sin lugar a dudas.
En pocas palabras, Casino Royale ha devuelto al mundo el James Bond que tanto echábamos de menos.
Nombre: Casino Royale
Director: Martin Campbell
Cast: Daniel Graig, Eva Green, Judi Dench, Mads Mikkelsen.
IMDB.com rating: 8.0/10
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